viernes, 5 de agosto de 2016

Querido amigo




Querido amigo:

La noche nos revela con saña la soledad que durante el día oculta el bullicio. Al finalizar los quehaceres cotidianos arropados por la muchedumbre, el desamparo se ceba en las sombras.

            El espacio de recogimiento despierta los deseos incumplidos, la yunta coja que tanto ansiamos completar.

             Desnudar los miedos, la tristeza, antes de sumirte en la noche, libera la fatiga. Nos lega el descanso placentero y un amanecer ilusionado.

            Querido amigo, toma un trocito de manta. Sentados bajo el porche, acurrucados, para hacer más llevaderas las horas de vigilia previas al sueño.



                                                                      Posdata: ahora, sueña en colores dulces.