martes, 27 de enero de 2015

A pie de mar

Y yo me desvanezco, me evaporo, sola...
Sin la mirada larga e intuitiva, en que nos dijimos todo, absolutamente todo.
Yo sin poder alcanzar mi playa, añorando mientras viva ese solo para ti y para mí.
Me ausento, despedida sin el último abrazo, largo, silencioso, sin prisas, sin nadie más en el pensamiento, solo para nosotros... 
Tu silencio duele, ¡Dios como duele!
No mires al alma, olvida la conciencia. Solo por un día, solo por otra mirada, que seguro nos apacigua el alma, una sola, la tuya y la mía juntas. Tan solo por un día al pie del mar,                     para tener a alguien que me seque la angustia, que me seque la agonía,                             que perdure para siempre, alimentándonos con el recuerdo.
Te quiero siempre, ineludiblemente siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario